Receta de tomate frito casero, el mejor que puedes preparar
Hoy, en Lazy Blog, vamos a aprender a hacer la receta de tomate frito casero, de la forma más sencilla y con un resultado estupendo. En esta receta de tomate frito casero, no hay trampa ni cartón, ni más ingredientes que el tomate, la sal y el aceite de oliva. Nada más y nada menos. No es una salsa de tomate, con cebolla y otros ingredientes, sino el auténtico tomate frito concentrado hecho a fuego lento, como lo hace mi madre y como lo hacía mi abuela Lola, que yo, obviamente, preparo de la misma manera.
Desde muy pequeño, he sido un gran consumidor de tomate frito. Una de mis cenas favoritas de niño (y aún hoy) era pan con tomate, es decir, pan mojado en este tomate frito que os voy a enseñar. Mi madre (que hace el mejor tomate frito del mundo) calentaba un poco en un cacito, lo colocaba en un plato y me lo daba mojando pan. Luego aprendí a disfrutar del tomate frito con la tortilla francesa, en bocadillos, con jamón de York, con patatas al pelotón, con pechugas de pollo, con arroz blanco y huevo, con bonito, y por supuesto, como todos los niños, en los macarrones y otras recetas de pasta.
Ingredientes para 6 personas
Un kilo de tomates maduros, una cucharada de sal y tres cucharadas del mejor aceite de oliva virgen extra.
Cómo hacer tomate frito casero, pero casero de verdad
Así que no me quedó otra opción que aprender a hacer un buen tomate casero y con el tiempo, he llegado a dominar este arte del tomate frito, que ahora quiero compartir con vosotros. Mucha gente utiliza recetas de tomate frito que empiezan pelando los tomates, haciéndoles la típica cruz y escaldándolos, e incluso otras que también les quitan las pepitas o semillas. El tomate que vamos a preparar es muchísimo más sencillo, ya que no hace pelarlo ni hace falta quitar nada, así que vamos al lío.
RECETA PASO A PASO DEL TOMATE FRITO CASERO
Como no vamos a pelar los tomates, es fundamental lavarlos bien, a conciencia, así que nos esforzaremos en esa primera tarea. Una vez limpios, quitamos los pedúnculos y hojitas verdes en su caso y troceamos los tomates en pedazos grandes, por ejemplo en cuartos, dependiendo un poco del tamaño de cada pieza. No os preocupéis de los pellejos ni las pepitas que luego desaparecerán como veremos.
Como el tomate mientras se fríe salpica bastante, yo suelo utilizar una cacerola grande, en este caso la olla rápida de BRA (sin tapar) es una buena opción porque las salpicaduras quedarán dentro y no pondréis perdida la cocina.
Al cabo de unos diez minutos, podremos apretar los trozos contra la pared de la cacerola con una cuchara de madera para que suelten su agua y tendremos una especie de sopa de tomate con trozos, pero con muchísima agua.
El tiempo, es muy importante. No tenemos que tener prisa porque un buen tomate frito necesita aproximadamente dos horas de fritura-cocción para evaporar el agua. Durante ese tiempo sólo debemos remover de cuando en cuando para evitar que los tomates se peguen o agarren al fondo de la cacerola. Poco a poco, el volumen de la salsa se irá reduciendo, quedando cada vez más concentrado. En ese punto, lo paso a una sartén para poder trabajar mejor.
Cuando podemos mover con la cuchara y se abre un pasillo que tarda unos instantes en volver a rellenarse, - como cuando hacemos bechamel- es señal de que nuestra salsa ya está en su punto, pero el nivel de concentración dependerá de vuestra paciencia, y de lo espeso que lo queráis. (En la foto de arriba se ve muy bien) Tened en cuenta que luego, al pasar el producto resultante por el pasapuré y más aún, después al enfriarse, la salsa espesará un poco más.
Una vez a nuestro gusto, (la experiencia os ayudará) apagamos el fuego y pasamos el tomate por el pasapuré. No vale la batidora, porque esta tritura los pellejos, pero no los elimina, y mete mucho aire al preparado, así que es fundamental el uso del pasapuré. Al volcar el tomate en éste, colará inicialmente el agua restante y poco a poco, vuelta a vuelta comenzará a caer en el bol la pulpa del tomate y quedará en el pasapuré todo el pellejamen y las pepitas como podéis ver en la foto siguiente.
Cuando creáis que no queda más que rascar, dad la vuelta al pasapuré y raspar con el canto de la cuchara para aprovechar los restos como en la foto siguiente. Por si acaso darle otro par de vueltas en cada dirección y veréis que aún queda bastante por aprovechar. Esto es fundamental pues es la parte más espesa, que al mezclarse con el resto os permitirá obtener una salsa bien concentrada que os alegrará todas las recetas basadas en esta rica preparación.
Variaciones interesantes
- Mucha gente le añade cebolla (unos 100 gramos) y/o pimiento verde (medio) , pero eso no es tomate frito en sentido estricto. Si lo deseáis, añadidlo al principio, y ya puestos, echad un calabacín en trocitos y ya os hacéis un pisto, jajaja. También está muy bueno con un par de ajitos o con unas hojas de laurel, pero si queréis hacer tomate frito, pero tomate tomate, obviamente solamente debéis usar tomate .
- Para preparar bonito con tomate, haced la salsa de tomate utilizando el aceite en el que friáis el bonito, y el tomate tendrá un sabor más intenso.
- Para hacer una salsa para pasta, podéis añadir al tomate unas hierbas aromáticas, orégano, romero, etc a vuestro gusto, durante la cocción.
- Para hacer salsa de tomate con huevo, batid tres o cuatro huevos y añadidlos al tomate ya terminado y batid hasta que el tomate pase de color rojo a color anaranjado.
- Tema del azúcar: Si queréis podéis añadir una o dos cucharadas de azúcar, en caso de tomates ácidos. Probad y corregir esta acidez al terminar el proceso.
Trucos y consejos
Lo ideal es que usemos tomates con sabor, que estén bien maduros, no importa si están blandos o feos (esto os permitirá además, comprarlos a muy buen precio) Concretamente estos dos kilos de tomates me costaron a 0'55 el kilo, un auténtico chollo, porque el frutero ya no los podía vender como tomates para ensalada porque estaban ya un poco "tocados" y sin embargo para hacer la salsa de tomate son estupendos. Entre otras variedades los de tipo pera, o pipa-pera, así como los llamados tomates canarios, son estupendos para hacer la salsa de tomate frito.Mejor que mejor, si usáis tomates de vuestra propia cosecha o del huerto de algún amigo, que nada tienen que ver con los tomates de invernadero que tenemos todo el año. Mirad en la foto de encima, el proceso de la cosecha del tomate: Del semillero brota una plantita tímidamente.
En unos días echa sus primeras hojas características y en cuanto supera los 15-20 cm de altura, comienza a florecer. Esas florecitas amarillas serán tomates en unas semanas. Al principio son tomates verdes, pero en cuanto maduran, recuperaréis el sabor de los tomates de vuestra infancia, esos que se abrían por la mitad, se sazonaban con unos granitos de sal gruesa y se comían a bocados.
Espero que os guste esta nueva receta de tomate frito casero, que está ya en la sección de Básicos, que usaremos en muchísimas recetas. Un abrazo y sed felices.