Pollo especiado a la parrilla, receta ligera (pero llena de sabor)
Tras unos días de excesos gastronómicos nos apetece aligerar un poco el menú, pero no por ello vamos a descuidar ni la presentación ni los sabores. Por eso, a la hora de pensar en un plato bajo en calorías, hemos optado por esta receta ligera de pollo especiado, cocinado en la parrilla. Un plato que nos aporta sensaciones campestres, que está lleno de sabor y que nos inunda con sus fragancias y aromas.
Además, debido a la forma de preparación, la pechuga queda bien jugosa por dentro, incluso para tomar sin necesidad de añadir salsas o aliños, simplemente acompañada con unas rodajitas de buen tomate de huerto.
Ingredientes para 2 personas
2 pechugas de pollo compradas enteras, sin filetear, hierbas aromáticas al gusto, pimentón de la Vera, sal y aceite de oliva virgen extra y un buen tomate para acompañar.
Como hacer pechugas de pollo especiado en la parrilla
Comenzaremos dividiendo cada pechuga en dos filetes gruesos cortados longitudinalmente. Si los cortáis finos, luego quedarán secos así que solamente partir las pechugas por la mitad. Dejamos el pollo en la tabla y lo aliñamos con nuestras hierbas aromáticas preferidas.
Yo he preparado una mezcla casera de hierbas mediterráneas y especias que guardo en un tupper cerrado, que suelo utilizar para estas ocasiones, y que también funciona muy bien con chuletas de cerdo, cordero, y otras carnes blancas.
La mezcla casera contiene las siguientes hierbas: romero, laurel, tomillo, orégano, hinojo y perejil, todo muy picado y dejado secar. Además tiene láminas de ajo, pimienta negra, guindilla y sal. Una vez todos los elementos están bien secos, se mezclan y se guarda. También podéis usar mezclas de las que venden preparadas, tipo hierbas mediterráneas, preparados para carne y otras similares, pero no será más que parecido a si lo hacéis vosotros mismos.
Con una brocha, damos unas pinceladas de aceite de oliva virgen extra sobre las pechugas. A continuación, colocamos una cantidad abundante de nuestra mezcla de aromáticas sobre ambos lados de cada filete grueso de pechuga, espolvoreamos con un pellizco de pimentón de la vera (dulce o picante a vuestro gusto) y lo dejamos a temperatura ambiente durante una media hora.
A la hora de comer, ponemos a calentar la parrilla al fuego. En casa yo uso una sartén parrilla que compré en IKEA, que según recuerdo no llegó a 15 euros y que es excelente para marcar carnes con las clásicas rayas parrilleras que la hacen tan apetecible. Cuando la parrilla lleva unos cinco minutos y esté bien caliente, le damos una barnizada con aceite para evitar que las pechugas se puedan quedar pegadas y las cocinamos a fuego fuerte.
Nuestro objetivo es dorar bien las pechugas sobre todo por su parte exterior dejando que se vayan haciendo hasta el punto deseado. Como los filetes son bien gruesos, tardarán un rato en hacerse. Fijaos que la de la izquierda, como es más gruesa, aunque tiene ya su exterior está ya cocinado por un lado, aún se ve crudo en el interior.
Al darle la vuelta, tened en cuenta que el segundo lado se hará un poco más rápido. Aproximadamente, yo las tuve 3 minutos y medio por una cara y 2 y medio por la otra, aplastando de vez en cuando con un tenedor para marcar las rayas de la parrilla, en especial en las zonas más altas o gruesas.
Servimos colocando los dos filetes uno sobre el otro y con unas rodajitas de tomate. Por supuesto, elegid tomates buenos, aunque sean más caros, no es lo mismo un tomate que un corcho. El resultado, un plato ligero, lleno de sabor y jugoso. Los que queráis podéis añadir una salsa de mostaza o cualquier otra de vuestra elección.
Para acompañar, abrimos una botella de Fruto Noble de Bodegas Francisco Gómez, un vino blanco bien fresco elaborado con uva Sauvignon Blanc de cultivo orgánico. Tiene toques ácidos y frutales y encajó perfectamente con el sabor especiado de las pechugas. Además para estos calores, tomado bien frío, resulta muy refrescante.
Como veis con esta receta ligera de pollo especiado a la parrilla, pudimos disfrutar de un plato bajo en calorías y sano, sin renunciar al sabor intenso y sin que al mirar el plato se nos quitasen las ganas de comenzar a comer, más bien al contrario.
Sed felices,