Cómo hacer carne a la plancha en casa para que quede perfecta
Muchas veces, en los restaurantes, pedimos carne a la piedra, o carne a la plancha, y nos sirven una pieza de lomo de buey (o de ternera) troceada para que cada uno la termine de cocinar a su gusto. En esta entrada vais a aprender cómo hacer la carne a la plancha en casa para que os quede "de restaurante".
Parece una cosa muy simple, pero con los trucos y consejos que os voy a contar, vuestro éxito está asegurado. Vamos a ello.
Lo primero que tenéis que recordar es que la carne debe estar templada, por lo que no la sacaremos en ese momento de la nevera, sino que una o dos horas antes de la hora prevista de la comida, la dejaremos a temperatura ambiente.
Parece una cosa muy simple, pero con los trucos y consejos que os voy a contar, vuestro éxito está asegurado. Vamos a ello.
Ingredientes, para dos - tres personas:
- Una pieza de lomo de buey, (yo prefiero lomo alto) de entre 600 y 750 gramos.
- Patatas o verduras a la plancha para guarnición.
Cómo hacer carne a la plancha en casa
Lo primero que tenéis que recordar es que la carne debe estar templada, por lo que no la sacaremos en ese momento de la nevera, sino que una o dos horas antes de la hora prevista de la comida, la dejaremos a temperatura ambiente.
Lo segundo, calentaremos la plancha, si es eléctrica o teppanyaki, la enchufaremos unos 5 minutos antes de comenzar su preparación, y si es de mármol o de piedra, calentaremos ésta en el horno puesto a 220ºC durante unos 20 minutos para que la piedra tenga (y mantenga) su calor.
Una vez caliente la plancha, cortaremos un trozo de la grasa de la carne, y lo pondremos sobre la plancha, para luego cocinar la carne con la grasa o aceitillo que soltará. No es necesario barnizar la carne con aceite, ni añadir aceite sobre la plancha. La grasa es ese trozo junto al entrecot en la foto de más arriba.
En seguida, colocamos la pieza de carne sobre la plancha y dejamos que se marque unos 3 minutos por cada lado, hasta que parezca que se churrusca, (sin pasarnos) En este proceso no habremos utilizado sal.
Una vez la carne tenga este aspecto, la pasamos a la tabla y con un cuchillo bien afilado, la cortaremos transversalmente en cortes de aproximadamente medio centímetro, tal como véis en la foto siguiente. No os preocupe que por dentro esté crudo.
Posteriormente, cada uno de los comensales, pasará las piezas hasta el punto deseado. A mí me gusta la carne poco hecha, algo menos del punto, aunque cada uno puede hacerlo hasta la cocción deseada. (Me encantan estas fotos)
Luego cada uno, se añade en sus tajadas unos cristalitos de flor de sal y si os gusta, unos toques de molinillo de pimienta negra recién molida.
Servir con unas patatas fritas en aceite de oliva virgen extra. A mí me encanta hacerlas en una sartén antigua, de esas negras con puntitos blancos, bastante profunda que las deja estupendas.
Ahora ya no tenéis disculpa. Si queréis comer una carne a la plancha "de restaurante" en casa, no tenéis más que poner manos a la obra. ¿Os apetece un trocito?
Sed felices,